LA ESCRITURA ES UNA HUELLA DE UNO MISMO.

 

El acto de escribir no es asunto exclusivo de los escritores. Escribir es en sí una forma de reflexión. Sirve para digerir ciertos hechos. Dialogar con nosotros y al mismo tiempo con el mundo. Ayuda a desenfocar la realidad y, de esta manera, encontrarle aquellos otros significados que solamente, en ocasiones, se guardan en el subconsciente.

Para escribir no se necesita tener mucha imaginación o ser un sujeto creativo o haber estudiado letras. Hablamos de escribir como proceso para resolver preguntas interiores y para ello lo que necesitamos son manos, bolígrafo y papel o computadora (o lo que sea que cada quien use).

La escritura es vital para desarrollar varias aptitudes humanas, como la atención, la concentración, la memoria, la organización y la metodología.  La escritura es el precursor del aprendizaje. Sin el desarrollo psicomotor esencial que se asocia con la escritura, los niños tendrían una menor capacidad de asimilar las asignaturas y el material de estudio.

Todos tenemos algo que escribir, aunque no lo parezca, cada persona es buena en diferentes cosas al momento de hacerlo. Ya sea contar una historia llena de fantasía, compartir con otros sobre algún tema que domines, escribir un diario en el que puedas expresar tus pensamientos y emociones o compartir alguna anécdota con vivencias.

Para muchos es, en cierto modo, una forma de meditar, de reflexionar sobre la vida en general y sobre su propia vida. Es una manera de recuperar los recuerdos, los que incluso creían olvidados: es recuperar la memoria. Escribir es una manera de entender el mundo y también, cómo no, una forma de evasión. Porque inventar historias es casi como vivirlas, creamos una vida emocionante para no pensar en la monotonía de la nuestra. “El arte crea la vida, el arte crea lo que es interesante, el arte crea lo que es importante” dijo Henry James.

Desde la piedra esculpida y los manuscritos, hasta el correo electrónico, la escritura a mano es un fenómeno en constante evolución, que deja muchos matices regionales en peligro de extinción. En ese sentido, los mensajes de texto han contribuido a la creciente homogeneidad de la escritura.

Nuestras culturas están plagadas de símbolos que han sobrevivido al exterminio y al olvido. Todos vibramos al verlos, los guardamos, protegemos y los mostramos como un tesoro, sin necesidad de ser grandes artistas o diseñadores. ¿Quiénes y cómo los crearon? Esa pregunta nos lleva a momentos maravillosos en la historia de la creatividad.

Según expresaba Eduardo Galeano en una entrevista: ” Uno escribe sin saber muy bien por qué o para qué, pero se supone que tiene que ver con las cosas en las que más profundamente cree, con los temas que lo desvelan. Escribimos sobre la base de algunas certezas, que tampoco son certezas full time. Yo, por ejemplo, soy optimista según la hora del día. Normalmente, hasta el mediodía soy bastante optimista. Después, de doce a cuatro, se me cae el alma al piso. Se me acomoda en su lugar de nuevo hacia el atardecer, y en la noche se cae y se levanta, varias veces, hasta la mañana siguiente, y así…”

Hablar y escribir de forma clara es una competencia que cada vez se aprecia más, pero a veces la oscuridad de expresión se elige para tener una mejor imagen social. Expresar con claridad el pensamiento es algo más que un acto de atención, respeto o afecto es un deber, una obligación; de todos aquellos que tienen que explicar ideas a los demás, ya sean propias o ajenas. Esto no siempre se cumple dado el declive que padecemos en todos los planos: institucional, político, socioeconómico y cultural.

 

WRITING IS A FOOTPRINT OF ONESELF.

The act of writing is not the exclusive business of writers. Writing is itself a form of reflection. It serves to digest certain facts. Dialogue with us and at the same time with the world. It helps to blur reality and, in this way, find those other meanings that are only sometimes stored in the subconscious.

To write you don't need to have a lot of imagination or be a creative subject or have studied letters. We talk about writing as a process to solve inner questions and for that what we need are hands, pen and paper or a computer (or whatever it is that everyone uses).

Writing is vital for developing various human skills, such as attention, concentration, memory, organization and methodology. Writing is the precursor to learning. Without the essential psychomotor development associated with writing, children would be less able to assimilate subjects and study material.

We all have something to write, although it may not seem like it, each person is good at different things when doing it. Whether it's telling a story full of fantasy, sharing with others about a subject you master, writing a diary in which you can express your thoughts and emotions or sharing an anecdote with experiences.

For many it is, in a certain way, a way of meditating, of reflecting on life in general and on their own life. It is a way of recovering memories, those that were even thought forgotten: it is recovering memory. Writing is a way of understanding the world and also, of course, a way of escaping. Because inventing stories is almost like living them, we create an exciting life so as not to think about the monotony of our own. “Art creates life, art creates what is interesting, art creates what is important” said Henry James.

From carved stone and manuscripts to email, handwriting is an ever-evolving phenomenon, leaving many regional nuances in danger of extinction. In that sense, text messages have contributed to the increasing homogeneity of writing.

Our cultures are full of symbols that have survived extermination and oblivion. We all vibrate when we see them, we keep them, protect them and show them as a treasure, without having to be great artists or designers. Who and how created them? That question leads us to wonderful moments in the history of creativity.

As Eduardo Galeano expressed in an interview: ”One writes without really knowing why or for what, but it is supposed that he has to do with the things in which he most deeply believes, with the issues that reveal him. We write based on some certainties, which are not full-time certainties either. I, for example, am optimistic depending on the time of day. Normally, until noon I am quite optimistic. Later, from twelve to four, my soul falls to the floor. He settles me in his place again towards sunset, and at night he falls and gets up, several times, until the next morning, and so on…”

Speaking and writing clearly is a skill that is increasingly appreciated, but sometimes the darkness of expression is chosen to have a better social image. Clearly expressing thought is more than an act of attention, respect or affection, it is a duty, an obligation; of all those who have to explain ideas to others, whether their own or others. This is not always true given the decline we are experiencing at all levels: institutional, political, socioeconomic and cultural.